viernes, 15 de julio de 2011

EL CONFLICTO ARABE-ISRAELI

FICHA DE LECTURA DE CIENCIAS SOCIALES
EL MUNDO ÁRABE Y LOS CONFLICTOS CON ISRAEL




El Medio Oriente es un espacio que ha enfrentado varios conflictos nacidos durante la Guerra Fría. Durante los últimos sesenta años, el antiguo territorio de Palestina ha sufrido una seria escalada de hechos que han agravado las tensiones entre el mundo árabe y occidente, representado por el Estado de Israel.

Para comprender mejor las posiciones vale la pena tener en cuenta la cronología básica del conflicto regional durante la segunda mitad del siglo XX.

En ella es posible apreciar que en varios momentos el mundo árabe ha intentado recuperar el espacio perdido por Palestina a manos de Israel. Sin embargo, estos intentos han sido infructuosos y sólo han ocasionado la intensificación de la guerra interna.

Israel - Palestina guerras y divisiones territoriales
1947: La Organización de Naciones Unidas decidió dividir Palestina en dos Estados: el israelí y el árabe. Jerusalén se propuso como zona internacional.
1949: “Guerra de 1948-49”. Las naciones árabes atacaron en 1948 al recién fundado estado: independiente de Israel. Con esta guerra se desató la crisis de los refugiados palestinos, donde miles de palestinos huyeron, voluntaria o forzadamente, de sus territorios ante la ofensiva israelí. La mayoría de ellos se refugiaron en Jordania. Israel ganó la guerra y se anexó territorios que pertenecían al estado árabe. El territorio de Gaza quedó administrado por Egipto y Cisjordania por Jordania.
1967: “Guerra de los seis días”. Egipto, Jordania y Siria movilizaron sus fuerzas contra Israel, que resistió el ataque y se anexó los territorios árabes de Cisjordania, Gaza, la península del Sinaí (de Egipto) y los Altos del Golán (de Siria).
1978: Representantes de Egipto e Israel se reunieron en Camp David, en los Estados Unidos, para negociar la paz en la región. Para obtener el reconocimiento diplomático, Israel aceptó regresar a Egipto la península del Sinaí, en 1979.
1987-1991: Intifada. Revuelta palestina en Gaza y Cisjordania contra la ocupación israelí. Su estallido fue motivado por un accidente en el que un vehículo israelí dio muerte a un grupo de palestinos.
1992: Israel reconoce la Autoridad Nacional Palestina. Los palestinos reconocen al Estado de Israel. Continúan los ataques terroristas palestinos.
2000: Segunda Intifada en la que se recurre a suicidas-bomba. Se reinician las negociaciones para la paz en Medio Oriente, con el presidente norteamericano Clinton de intermediario. Yasser Arafat, presidente de Palestina, decidió no aceptar el acuerdo.
2001: Negociaciones en Egipto fracasan.
Revista Time, 25 de marzo del 2002 (Adaptación).
Otro punto que es clave para comprender las diferencias entre árabes e israelíes son sus intereses:
¿Qué quieren los palestinos?
• Que Israel les permita tener un estado independiente y autónomo.
• Garantías para que la nación palestina pueda desarrollarse económicamente.
• Que salgan las fuerzas de Israel de los territorios ocupados en 1967 y el desmantelamiento de los asentamientos judíos (más de 200 mil habitantes) en territorio palestino.
• La jurisdicción de la zona este de Jerusalén (barrio musulmán).
• El regreso de los refugiados palestinos que se encuentran en otros países árabes, especialmente en Jordania y Líbano.
¿Qué quieren los israelíes?
• Que cesen los atentados terroristas contra la población civil judía.
• Que reconozcan el Estado de Israel.
• Que acepten los asentamientos judíos en los territorios ocupados.
• Que no insistan más en el retorno de los refugiados palestinos.
• Que permitan que los israelíes mantengan cierto control sobre los territorios palestinos para asegurar sus fronteras.
En Palestina han surgido algunos grupos que tratan de lograr estas metas por medio violentos, como:
Hamas. Grupo islámico radical que promueve el terrorismo y que provee servicios sociales a la comunidad musulmana, como clínicas, escuelas y clubes juveniles. Se originó en 1987, en la primera Intifada. Está compuesto por un ala política y una militar. Su objetivo es destruir a Israel y crear un estado islámico en todo el territorio. Hamas introdujo los suicidas-bomba en 1992.
Brigadas de mártires de Al-Aqsa. Subgrupo radical del partido Fatah, de Yasser Arafat. Se calcula que cuenta con unos 1000 miembros. Se han atribuido un 70% de los ataques contra Israel. Presiona a Israel para un cese al fuego y espera obtener concesiones en las negociaciones para la paz.
Jihad islámica. Grupo menor muy radical. Recibe financiamiento de Irán. Tiene pocos miembros y ha organizado atentados suicidas. Su objetivo es eliminar a Israel e imponer un estado islámico en Palestina.
Hezbollah. Milicia fundamentalista que surgió en Líbano en 1982 para combatir la ocupación israelí. Actualmente es un partido político en Líbano y brinda su apoyo a los palestinos. Quiere un Estado islámico en Líbano, destruir a Israel y tomar Jerusalén para el islam.



¿QUIÉN GANA EN EL CONFLICTO ENTRE ISRAEL Y PALESTINA?

Las voces de los pacifistas en Israel son contundentes, pero insuficientes. Los muertos palestinos suman demasiados; lamentablemente sus cadáveres siempre serán inútiles y nunca asaz para que sobre sus cuerpos se trace paz alguna. La inseguridad como cotidianidad en la vida de los israelíes, no sólo cual destino, sino como muerte, es un fenómeno brutal, devastador e incomprensible para la gran mayoría de quienes habitamos otros países. Sumidos en la peor de las barbaries, ambas poblaciones se encuentran asfixiadas en un túnel, cuyo fin parece inalcanzable. ¿Qué decir acerca de los muertos? ¿Cómo encontrar el término adecuado que describa el odio que ha infestado la región y que se ha propagado, nuevamente, sobre todo en Europa, en palabras y en acciones, bajo la realidad del antisemitismo?
La destrucción y las muertes causadas por el ejército israelí son yermas, inservibles y repugnantes. Ury Avnery, pacifista israelí y miembro del Parlamento, escribió al reflexionar sobre los sucesos actuales, y en particular en los acontecimientos de Jenin: “Nada bueno para Israel saldrá de esta aventura, así como nada bueno salió de las anteriores aventuras de Sharon. La concepción del operativo era estúpida, su ejecución cruel, y los resultados serán desastrosos. No traerá seguridad ni paz, no resolverá problema alguno, pero aislará a Tel Aviv y pondrá en peligro a los judíos en todo el mundo”.
Avnery, por supuesto, tiene razón: la espiral generada por las muertes carece de fin. El odio es una enfermedad brutalmente contagiosa que se propaga como la peor de las epidemias. Sembrarlo es fácil; erradicarlo, imposible.
Los actos terroristas de los palestinos –se dice que es su única defensa– no son menos nauseabundos. Al mundo le preocupa, con razón, que el poderío del ejército israelí sea muy superior a la fuerza de los combatientes palestinos. Pero la sinrazón que cobija al palestino que decide dedicar su vida a Dios y a su pueblo no es menos temible que los tanques de Israel. Atrás de cada terrorista palestino hay una larga historia no sólo fundada por Israel: fanatismo, dinero en grandes cantidades, las torpezas de Arafat, e incontables caras embozadas que ven con buenos ojos cómo vuelan los cuerpos de 10, 15 ó 20 israelíes mientras toman café o celebran una fiesta. Las madres de los suicidas dicen sentirse orgullosas de sus vástagos y ofrecen las vidas de los otros.
La muerte del hijo representa un ingreso que oscila entre 25 000 y 100 000 dólares, y se lee como un acto divino que enaltece no sólo al pueblo, sino a Dios. El asesinato de israelíes no se considera un acto de venganza, sino de justicia. Al igual que la malevolencia, el fanatismo es un acto preñado de estupidez en el cual el peso y valor de las palabras son nulos. Denominar mártires a los terroristas es contraponer valores.
El dinero proveniente de “los otros” actores, quienes parecen lavarse las manos por la situación actual de los palestinos, pero que han sido actores cimentales desde siempre en el conflicto, es parte ineludible de la trama. Los palestinos han servido como pegamento para unir a las naciones árabes contra Israel y no debe soslayarse en la discusión actual. Lo mismo sucede con las naciones vecinas de Israel, que nunca han incorporado a los palestinos a sus vidas.
Tampoco debe olvidarse que algunos de esos países los han vejado, asesinado y olvidado. Han suministrado mucho dinero para alimentar la inquina y crear centros de terrorismo, pero han contribuido poco, muy poco, para sembrar escuelas, mejorar la salud o la educación.
[…] El odio de los palestinos se ha alimentado por el de los israelíes y viceversa. Esa suma rebasa todo diálogo. La inutilidad de la ONU, de Estados Unidos, de destrucción de parte de la vida palestina y la siniestra presencia de quienes apoyan y consideran justos los actos terroristas ha creado un entramado inimaginable.
Por ahora, las muertes y el odio han sepultado todo diálogo. Los palestinos merecen el derecho a la autodeterminación, el fin de la ocupación y vivir en libertad y seguridad. Los israelíes requieren ser reconocidos por las naciones árabes y garantizar su seguridad. […]

ARNOLDO KRAUS, Israelíes, palestinos y “los otros”. En: La Jornada, México D.F., miércoles 24 de abril del 2002.



ACTIVIDADES


1. Ubica en un mapa los países implicados en el conflicto y los cambios territoriales sufridos.
2. Explica cuál puede ser la importancia geopolítica de la región teniendo en cuenta el acceso a recursos y su ubicación geográfica.
3. ¿Es viable la convivencia entre árabes e israelíes en la región? ¿Por qué?
4. ¿Es legítimo recurrir a métodos terroristas para recuperar la autonomía y soberanía de una nación? ¿Por qué?
5. ¿Cuáles son los argumentos que el autor utiliza para criticar la violencia en el territorio palestino-israelí?
6. ¿Quiénes son “los otros” según el texto de Kraus? ¿Qué datos lo confirman?
7. Argumenta ¿Qué respuesta darías a la pregunta ¿Quién gana en el Conflicto entre Israel y Palestina? ¿Cómo sustentarías tu opinión?

8. Elabora cinco alternativas viables y sustentadas para que las comunidades de Israel y Palestina promuevan el entendimiento.